7/8/09

SEXO Y SALUD MENTAL (Manual de Uso)

Seguro que han escuchado ustedes las múltiples bondades que el sexo tiene para la salud física y mental. Considero que no parece una actitud apropiada, lanzar un producto sanitario como este sin las correctas indicaciones que faciliten un uso responsable del producto, y … en defensa de aquello que llamaron medicina o terapia basada en la evidencia, me he preocupado por recoger a continuación evidencias científicas recientes en lo relativo al sexo y a la salud mental, a la espera de que las autoridades sanitarias competentes publiquen un prospecto en el que se establezcan con mayor precisión las indicaciones terapéuticas, posología, vía de administración, contraindicaciones y modo de actuación en caso de sobredosis.


En cualquier caso, adelanto los últimos hallazgos, en estudios elegantes, complejos y de enorme relevancia, resumidos a continuación:


Bien, parece que el sexo tiene efectos positivos… si, pero… ¿con quién?, podría parecer irrelevante para los teóricos más organicistas, pero para los que tenemos en cuenta elementos de carácter interaccional, la pregunta es primordial. Pues bien, si estamos preocupados por nuestro rendimiento cognitivo, los hombres debemos tener muy en cuenta el sexo de nuestro partenaire. Si bien las mujeres pueden relacionarse sin miedo con personas, independientemente de su sexo, los hombres debemos, para mantener a salvo nuestra capacidad intelectual, relacionarnos únicamente con otros hombres. Esta conclusión está basada en un reciente estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology, en el que un tal Karremans y sus colegas han comprobado que el rendimiento cognitivo de los hombres se ve considerablemente reducido tras unos minutos de charla con una mujer… como lo oyen, señoras y señoritas, si alguna vez han asentido ante afirmaciones del tipo –son más simples que el mecanismo de un chupete- o –piensan con la…- tengan en cuenta que están cometiendo un error básico obviando la influencia del observador sobre el sistema observado. Sí señoras, somos tontos, pero sólo mientras estamos con ustedes. Aunque no se lo crea, el tipo que está sentado en su sofá intentando inútilmente esconder la bolita de moco bajo la alfombra sin que usted se entere, cuando no está usted cerca, teoriza sobre irreversibilidad térmica, los procesos adiabáticos y el balance entrópico. Son ustedes la criptonita de nuestra superinteligencia.


Bien y volviendo al sexo, aquellos a quienes les da repelús eso de las relaciones homosexuales, pueden sacrificar su capacidad intelectual y practicar sexo con mujeres o probar a evitar hablar con su pareja antes, durante y después (advierto que es una tarea harto complicada).


Tras el ¿con quién? Debemos preguntarnos ¿cómo?, y en este caso la respuesta es más sencilla… pues ¡como Dios manda! es decir; a pelo. Ustedes saben bien que no haría tal afirmación sin evidencia científica que la apoye. Para eso está el señor S. Brody, que ha realizado un estudio complejísimo y de diseño impecable con población portuguesa, en la que concluye que cuantas más relaciones sexuales con condón tenga una persona, estará más estresado, y por el contrario a mayor cantidad de relaciones heterosexuales sin protección, mejor salud mental. Obviamente hay una explicación evolutiva para la cuestión (claro… como ponemos veto a nuestro instinto reproductivo, nos ponemos malitos)


No parece difícil la tarea, claro que alguno se preguntará por aquello de las enfermedades de transmisión sexual y especialmente el VIH. No se preocupen señores, el señor Brodi ya se encargó hace algunos años de aclarar este punto en un libro “Sex at Risk”, en el que explicaba que la transmisión del VIH durante el coito vaginal es casi imposible, que eso que se contó, de que los hombres de bien que hacen sus cosas en los sitios que las tienen que hacer también debían tener cuidado, fue una estrategia de la comunidad gay para hacer genérico un problema que era suyo y así conseguir más fondos para la investigación. Pero vamos… que haciéndole caso al Sr Brody, si no es usted drogadicto ni maricón… no debería preocuparse por el tema.


Otra pregunta que se nos ocurre tras el ¿cómo?, es el ¿cuánto?... y aquí también hay investigación de calidad, las dificultades las encontraremos en la interpretación de los datos. La Dra. María Khan, de la Universidad de Carolina del Norte, ha hecho un estudio en el que determinó que el 20% de las mujeres negras, el 11,9% de los hombres negros, el 13% de las mujeres blancas y el 8,1% de los hombres blancos habían desarrollado depresión durante la edad adulta y que estas personas tienen más probabilidades de tener múltiples parejas sexuales a lo largo de un año, que las personas que no están deprimidas (en este caso, el uso del preservativo no tuvo efecto modulador). Con estos datos podemos imaginarnos múltiples explicaciones. Aunque yo creo que se trata de un caso claro de automedicación, (conocedores de los efectos terapéuticos del sexo, las personas deprimidas se lanzan a consumirlo sin prescripción facultativa), por lo que reclamo que las autoridades sanitarias se pongan manos a la obra para evitar esta situación.


A estas alturas, puede que usted se esté preguntando si existe evidencia científica a la carta (dígame usted que argumento quiere defender, que seguro que hay un experimento que lo apoye) y si merece la pena invertir pasta en estudios de semejante relevancia (¿hablar con una chica me pone tontorrón? ¿usar condón estresa? ¿zumbar mucho deprime?)… pero tarde o temprano el esfuerzo de estas mentes prodigiosas adelantadas a su tiempo tendrá su fruto y veremos con regocijo que, prohibirán a las mujeres estar presentes en exámenes y oposiciones, volviendo los hombres a poblar las universidades en aplastante mayoría, como tiene que ser. Veremos como las cajas de preservativos tendrán una advertencia impresa que verse: “su uso puede causar estrés” y se popularizarán los talleres preventivos en los coles e institutos, explicándoles a los niños y a las niñas, que si tienen muchas novios y novias que van a estar muy tristes cuando sean mayores.


Pues eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto lo explica todo.
Y lo que te rondaré, morena.
Me' kedao de piedra.

No terminé de entender si practicar sexo con varios partenaires al año provoca depresión, o si bien los deprimidos (diagnosticados) se pegan unas juergas que pa' qué (además de estar de baja por depresión, digo yo q serán funcionarios o algo...)

Saludos desde Canarias,
Paula