Hace tiempo que tengo abandonado esto, y es que, normalmente me gusta más escribir en caliente. Me parece que le pasa lo mismo a mi amigo Jesús Castro que está de vuelta y parece que volvió cabreado. Si visitáis su blog veréis que llama la atención sobre una noticia de la prensa digital canaria en la que nos cuentan que los dirigentes de la sanidad canaria se congratulan de que seis hospitales canarios cuentan con máquinas de TEC para resolver las vidas de los pobres ciudadanos angustiados, al tiempo que nos relatan las maravillas del invento. Y es aquí donde me gustaría contar un bonito cuento:
érase que se era un señor muy listo muy listo, que fué a la universidad y todo, tan listo, tan listo, tan listo que llegó a escribir artículos interesantísimos, aportaciones inestimables al conocimiento humano como “El lugar en el aula y la psicopatología” en el que relacionaba el lugar en el que uno se sienta en el aula y la gravedad de la sintomatología psiquiátrica (espectacular) o “El valor adaptativo de mentirse a uno mismo” (mejor todavía).
Pues bien, el lumbreras éste llamado Harold Sackeim (un hombre adelantado a su tiempo), comprendió que la sociedad actual todavía no estaba preparada para valorar la importancia de sus descubrimientos. Así que decidió cambiar su foco de atención a cuestiones menos profundas, como por ejemplo ¿qué pasaría si cogemos a un señor, le enchufamos unos cables al cerebro y le damos al ON (de cuando en cuando)?
A mediados de los 80 el listo de Harold, (que gracias a sus conocimientos tuvo la prudencia de colocarse en el lado izquierdo del aula mientras estudiaba, lo que le permitió desarrollar todo su potencial) ya era considerado la máxima eminencia del mundo mundial y los alrededores en lo relativo a la Terapia Electroconvulsiva. El señor se tiró 25 años demostrando que la TEC era un tratamiento estupendísimo hasta para los ataques de caspa y que además, no tenía ningún peligro.
25 años y más de 200 artículos repitiendo que el electrochoque no tenía ningún efecto en el rendimiento cognitivo ni la memoria. Estudios financiados por Instituto Nacional de Salud Mental con alguna ayudita que otra para pagar la hipoteca (cositas sin importancia) de MECTA y SOMATICS (los dos fabricantes del cacharro) a cambio del favor. Estudios maravillosos de diseño impecable en la línea de sus primeros trabajos sobre la situación en el aula y el autoengaño, en los que el grupo control brillaba por su ausencia, la n era ridícula, en la que se incorporaban como sujetos experimentales a personas que ya habían recibido tratamiento con TEC incluso dos meses antes, en los que se empleaban pruebas “complejísimas” para medir el deterioro cognitivo como el MMS (el LOBO español) una prueba de screening para detectar demencia sin ninguna validez clínica… Y asínnn sucesivamente… hasta que …
Hete aquí que al señor en el año 2007, se le ocurre hacer un estudio con cierto sentidiño (después de 25 años) sobre una población de 250 personas sometidas a TEC, con grupo control y estas cosas, en el que el hombre se encontró con que (vaya por dios, no habernos dado cuenta antes) efectivamente, el TEC produce deterioro cognitivo permanente y pérdidas de memoria importantes.
Como el fiera del Harold no pierde comba, ahora su investigación se centra en la Estimulación Magnética, que por lo visto tampoco tiene ningún efecto secundario y es el tratamiento de elección para el Pié de Atleta Psicosomático (¿habrá que esperar otros 25 años?).
En situaciones desesperadas, uno puede probar lo que mejor le parezca para solucionar sus problemas, pero no estaría mal que a estas personas no se les mintiera sobre los riesgos que corren para tomar una decisión realmente informada. Por eso, a uno se le ponen los pelos de punta cuando lee el emocionante y florido final del artículo al que se refiere Jesús “…proporcionando bienestar a los que la reciben y a su entorno familiar que observa claras mejorías con una técnica que en general carece de contraindicaciones absolutas”.
Vale, pues para los señores que escribieron el artículo, ahí van unas declaraciones del mayor experto mundial en TEC en relación a la información que se debe dar a los pacientes sobre los peligros que corren al someterse a este tratamiento,por cierto en un juicio contra MECTA por haberle freído el cerebro a un paciente, (3 años antes de su estupendo estudio).
1 comentario:
Un honor la mención Antonio. Una puntualización: la noticia apareció en TODOS los medios de la Isla y supongo que de Canarias. Escogí ese diario digital porque es de un amiguete, pero salía en toda la prensa escrita. Es de una sinvergüenzura sin parangón.....
Saludos.
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