Sabemos ya, (lo he tratado en otras ocasiones en este blog) de la afición que existe en algunos países de darle pirulas psicotrípicas a los niños, especialmente en los EEUU, donde se inician estas tendencias que van llegando a esta, nuestra comunidad…
Que si les damos antidepresivos a los chavalines (aunque en niños y adolescentes aumenta el riesgo de suicidio), que si el crío es un traste que no para quieto… pues le metemos estimulantes (a pesar de los tics, los rituales compulsivos, los problemas de crecimiento y muchos etcéteras), que si esto que parecía Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (un síndrome evidente y clarísimamente orgánico) pues que nos confundimos un poquito y resulta que lo que los niños americanos tienen ahora es trastorno bipolar, que mola más, porque así les podemos dar antipsicóticos… ¡¡¡para toda la vida!!!, pues eso… cuanto antes mejor.
Y uno piensa; claro… el uso de antipsicóticos con niños no estaba aprobado por
A lo que íbamos, resulta que en el Boston Glove del domingo estaban muy atentos a la paliza que le había endiñado su equipo a los de Gasol y preparándose para volverles a dar zapatilla esa misma noche… pero además, en su sección de educación el diario bostoniano dedica un artículo al Dr Biederman, que entre los años 1994 y 2003 jugó un papel muy importante en el incremento espectacular en el diagnóstico del trastorno bipolar infantil e impulsó la prescripción de antipsicóticos en psiquiatría infantil.
Pues bien… el equipo de investigación del senador republicano Grassley, que es un equipo que está muy atento a las cosas de estar atento, ha descubierto que este pollo en cuestión ha ingresado entre los años 2000 y 2007, por lo menos un millón seiscientos mil piedrólares, procedentes de compañías farmacéuticas mientras que su colega de departamento en Harvard (casi na) el Dr. Spencer enganchó un quilito más.
El señor se defiende diciendo que “mi interés se centra únicamente en el avance de los tratamientos médicos bajo rigurosos y objetivos estudios” … lo de la pasta es un daño colateral, sus rigurosos y objetivos estudios son casualmente favorables a quien le paga la nómina, pero si fueran desfavorables… sin ninguna duda los publicaría ¿? (¿os imagináis a Bill Gates recomendando encarecidamente el Linux?…pos eso).
El caso es que no solo puso el cazo, sino que además, no informó a su universidad como le obliga la normativa. El NIH, con el objeto de garantizar la independencia, obliga a los investigadores a informar de ingresos superiores a 10.000 dólares anuales recibidos de las farmacéuticas (y ya sobran), y aquí al pollo se le hacía la picha un lío y no le salían los números, que para eso es de letras.
2 comentarios:
Y seguro que muchos otros por el camino recibieron también en su cacito, que por eso no salió antes a la luz. Deberían devolver toda esa pasta para financiar investigaciones sobre los resultados de tratamientos con psicoterapia y medicina natural.
Es lo facil
¿Se estropea el dvd? otro "pal" sitio.
¿El niño es revoltoso? lleva "pastilleitor" y el niño tranquilo.... lo que le pase de mayor ya será responsabilidad de el, que es un adolescente rarito, y se le dá por cargarse a veite compañeros de clase a tiros porque escucha voces, y no se integra joer, que no han sacado la pastilla de integrarse.
Vamos..... un desastre.
Publicar un comentario