20/5/07

LA FEA GALATEA




Y el rey Pigmalión se empeñó en esculpir la imagen de la mujer más bella, la moldeó y la retocó en cada detalle, hasta la vistió con las mejores galas y le puso un nombre, “Galatea”. La escultura resultó ser realmente la mujer ideal para el rey Pigmalión, tanto, que se enamoró irremediablemente de ella. Trataba a la piedra esculpida, como si realmente fuera una mujer, pasaba horas con ella, la colmaba de regalos y hasta besaba sus fríos labios. La diosa Afrodita se compadeció del rey (enamorarse de una escultura podría desembocar en una relación compleja…) y transformó a Galatea en mujer.





Al investigador de Harvard, Robert Rosenthal, que nada tenía que ver con el monarca chipriota, no se le ocurrió otra cosa que coger a un grupo de estudiantes y aplicarles una serie de pruebas. Posteriormente informó de los resultados a sus profesores, indicando cuales habían sido los alumnos que habían obtenido unos resultados excepcionales. Finalizado el curso académico, estos alumnos no defraudaron las expectativas, obteniendo excelentes calificaciones. Hasta aquí, nada extraño, si no fuera porque el bueno de Rosenthal, nunca corrigió las pruebas, y los excepcionales alumnos fueron elegidos al azar.





Mil explicaciones se nos pueden ocurrir a todos, todas ellas cargadas de lógica. Para los que estén pensando en cuestiones motivacionales, sobre imagen personal, autoestima etc. Que sepan que el mismo experimento fue realizado con ratas de laboratorio. A unos experimentadores se les indicaba que las ratas con las que tenían que experimentar ya estaban entrenadas o eran más listas, y a otros no. Las ratas supuestamente más listas obtenían mejores resultados.





Lo que se conoce como el efecto Rosenthal o efecto Pigmalión, puede resumirse como "el efecto de las expectativas sobre el resultado". Como hemos comprobado, el efecto es potentísimo. Podemos convertir un estudiante del montón en un genio. Pero el efecto Pigmalión tiene la cara inversa, y es que, si las expectativas son malas, malo será el resultado. Si tratamos a Galatea como si fuera fea, tendremos una fea Galatea, de la que no se enamoraría ningún rey.





Me pregunto cual es el efecto que tiene sobre las personas el que alguien (en quien la persona pone toda la confianza) le diga: “acostúmbrate a tu enfermedad, por que vivirás siempre con ella”. Estoy hablando en concreto de diagnósticos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, que se consideran trastornos crónicos. La palabra "crónico" merece una reflexión: la cronicidad no refleja una característica definitoria de una enfermedad, es una característica de la medicina para con esa enfermedad. En realidad la palabra "crónico", lo que define, es la incapacidad de los terapeutas para curar esa enfermedad y no la imposibilidad de que el enfermo se recupere. Es importante mantener esta distinción porque, de lo contrario, podríamos pasar por alto algún éxito. Llegando al absurdo de que si una persona diagnosticada de esquizofrenia se recupera, no se deberá a la efectividad del tratamiento, sino a un error en el diagnóstico (realmente, no era esquizofrénico).





Por esto, y basándome en el efecto Pigmalión, propongo cambiar el “no tiene cura” por el “todavía no sé curarlo”. También sería recomendable abrir ojos y orejas a algunas investigaciones. Jay Haley en su último libro (y digo último, porque desafortunadamente, ya no escribirá más) “El arte de la terapia estratégica” recoge una serie de investigaciones en las que se refleja que con el tiempo ente el 50 y el 75% de las personas diagnosticadas de esquizofrenia recuperan la “normalidad”. Entre ellos Bleuler (1968), Harding y Brooks (1984), Ciompi y Muller (1987), Huber, Gross y Schutter (1975). A estos trabajos, hay que añadir las aportaciones terapéuticas que el grupo de Jaakko Seikkula está realizando en Finlandia, en donde está consiguiendo muy buenos resultados con personas diagnosticadas de esquizofrenia (en muchos casos sin medicarlos).





Un consejo: Utiliza el efecto Pigmalión a tu favor, trátale como si te amara y te amará, compórtate como si fuera buen@ y lo será. Si SABES que las cosas van a ir bien, así será.

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