27/8/11

GILA ERA UN AFICIONADO (o por qué Rambo debe abandonar la dieta Dunkan)


Siempre pensé que la visión surrealista que Gila tenía sobre la guerra era insuperable. Lo había sobrevalorado, como casi siempre, los americanos nos han superado. Esta es la nueva versión:

- ¿Es el enemigo?
- Es que estábamos pensando en atacar, ¿a que hora os viene bien?
- A las 8 hay futbol ¿lo dejamos para mañana? Venga, después del desayuno
- Si, sabemos que es bastante desagradable, en esto la gente se mata… el miedo, las explosiones, el fueg---o, gente mutilada, niños, ancianos… pero no os preocupéis, los muchachos siguen una dieta equilibrada.

Resulta que el Departamento de Defensa de los EEUU estaba bastante preocupado. Los soldados americanos pasaron siempre por ser tipos duros con una tasa de suicidio bastante menor que la de la población general, pero resulta que últimamente las cosas han cambiado y la tasa de suicidios entre soldados que han participado en la guerra de Irak o Afganistan se ha incrementado hasta duplicar a la del resto de la población. Quizá esto sea algo que a usted no le sorprenda, seguro que se le ocurre alguna explicación, quizá pueda pensar que participar en una guerra con todo lo que eso implica (matar a otros seres humanos, que se muera gente al alrededor, ver niños muertos o mutilados, pasar pánico…) es algo que puede dejar al menos algo tocado al común de los mortales. Pues bien, si se le ha pasado algo así por la cabeza, comience a preocuparse porque es probable que sea una persona bastante simple y probablemente poco inteligente (vamos, algo tontuno o tontuna)… esto dicho desde el respeto.

Pues bien, después de hacerle consciente de su idiocia y advertirle de su cronicidad (vamos, que no le queda más que aceptarlo y aprender a vivir con ello) le explico lo que hace la gente inteligente de verdad, que no se dejan llevar por argumentos simplistas como pensar que el comportamiento humano a veces podría estar determinado o al menos influido por el contexto. Estos señores listos de verdad, como Michael D. Lewis; Joseph R. Hibbeln y sus colaboradores (el neuroclub de la biocomedia) del National Institute on Alcoholism and Alcohol Abuse (National Institutes of Health), cogieron 800 cadáveres de soldados que se habían suicidado y los compararon con otros 800 controles, les miraron cosas de mirar con una lupa muy gorda con la que se ven todos los bichitos del cuerpo y llegaron a la conclusión de que los que tienen un menor porcentaje de DHA, tienen más probabilidades de suicidarse. Hallazgo este, publicado en el Journal of Clicnical Psychiatry y suficientemente importante como para ocupar una columna en Los Angeles Times titulada “Los suicidios militares están ligados a bajos niveles de Omega-3” así de clarinete, nada de “podrían estar ligados” o “quizá pudiera haber alguna relación” a pesar de que los propios autores afirman en el Abstract que “son necesarios ensayos bien diseñados para evaluar la causalidad”.

No sé, quizá sea difícil de aceptar que el mundo a veces es un sitio puñetero en el que vivir y sea más sencillo pensar que el defecto está en las personas. También es evidente que será más fácil cambiar la dieta que la política internacional y sin duda es más accesible el sistema circulatorio que sistema geoestratégico… es lo que tiene.

VIÑETA (a ver si le suena):

---JOHN- Estábamos en un bar de Saigón, aparece un niño que lleva una caja de limpiar zapatos y dice: “Limpia señor, limpia”, y yo le digo no, y él insiste y Lloyd dice si. Entonces voy por un par de cervezas y la caja es una bomba, abre la caja y su cuerpo salta por los aires hecho pedazos. Le veo ahí caído gritando como un loco, ¡Tuve que quitármelo de encima, estaba cubierto de pedazos de su cuerpo! Mi amigo hecho pedazos encima de mí. ¡Sangre por todas partes! ¡Intento mantenerlo entero y siguen saliéndose los intestinos! Nadie me ayuda. Me dice: “Quiero irme a casa, quiero irme a casa”. Lo repite una y otra vez. “Quiero conducir mi Chevrolet” Y no consigo encontrar sus piernas. No encuentro las piernas. No consigo quitármelo de la cabeza. Así durante siete años, día tras día. A veces me despierto y no se donde estoy…


---CORONEL TRAUTMAN- ¡Jopelines John! Te tengo dicho cienes y cienes de veces que te comas el pescado.

1 comentario:

Raúl Velasco Sánchez dijo...

jajajajajajaja Tremendo documento Antonio!!! jajjajajajajaja yo de mayor quiero ser como tu!!! jajajajajaja

abrazos!!